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Las secuelas psicológicas que está dejando la pandemia por COVID-19

  • Foto del escritor: Psicomagia
    Psicomagia
  • 16 dic 2020
  • 3 Min. de lectura

En la primera mesa de la mañana de este viernes 18 de septiembre, en el marco del I Congreso Nacional COVID-19, el aspecto emocional del impacto de la pandemia ha sido el eje central de tres ponencias. La última parte de la mañana ha sido para la atención a los mayores.

La mesa, denominada ‘La salud mental ante la pandemia de la COVID-19, ha sido moderada por el Dr. Víctor Pérez Solá, del Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones del Hospital del Mar (Barcelona), y en ella se han tratado tres aspectos del impacto en la salud mental: cómo la pandemia ha afectado a la población general, el efecto en la población sanitaria y las secuelas en los pacientes.

El Dr. Manuel Martín Carrasco, Director médico de los centros de Hermanas Hospitalarias en Navarra (Clínica Psiquiátrica Padre Menni de Pamplona y Centro Hospitalario Benito Menni de Elizondo) y Vicepresidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, ha señalado que se dispone ya de un buen número de trabajos y de varias revisiones sistemáticas sobre cómo la pandemia ha afectado a la salud mental de la población.

Aunque hay ya muchos estudios publicados, sus características, calidad y metodología varía mucho por lo que los datos hay que tomarlos con cautela, ha advertido este especialista.

Se ha visto que ha habido un aumento de los síntomas depresivos. Los factores de riesgo son ser mujer joven, menor de 40 años, estudiantes, con un nivel educativo bajo, vivir en una ciudad, la presencia de soledad, mala salud (física o psíquica), preocupación alta, sin hijos, estar en paro, tener una alta exposición a noticias sobre la pandemia, y haber sufrido un periodo de confinamiento prolongado.

También se ha detectado un aumento de síntomas de ansiedad. Siendo los factores de riesgo similares a los mencionados: alta exposición a noticias sobre la pandemia, periodo de confinamiento prolongado, estar en contacto con algún afectado.

La aparición de estrés postraumático (insomnio, sueños relacionados con la pandemia, síntomas disociativos de la realidad) se ha identificado en una prevalencia muy variable. Los factores de riesgo han sido también ser mujer, tener una edad inferior a 40 años, cercanía a zonas expuestas o críticas de un gran número de casos, sueño pobre, soledad, mala salud percibida…

En resumen, se ha observado que la pandemia ha generado un aumento de ansiedad, depresión y estrés postraumático. Entre las causas que están detrás de este incremento, que son de carácter especulativo ya que los estudios no han buscado causalidad, el Dr. Martín Carrasco ha resumido en la mayor prevalencia de trastornos mentales (tipo estrés y ansiedad) que se da entre las mujeres, que sean ellas las que suelen ocupar en mayor porcentaje las actividades de riesgo (trabajos en centros comerciales, cuidadoras, más expuestas a las circunstancias negativas de la pandemia).

Los jóvenes suelen sufrir más incertidumbre ante el futuro, los efectos del paro, también tienen más compromiso con el cuidado de los hijos o las personas mayores, y una peor situación económica. Estos mismos aspectos se han observado en otras crisis.

Pero también ha enumerado otros motivos a nivel global que pueden estar detrás de la aparición de ansiedad, depresión o estrés postraumático:

  • Repercusión directa de la infección

  • El duelo por pérdida de familiares y amigos

  • Desempleo

  • Medidas de confinamiento

  • Incertidumbre económica

  • Carencias sanitarias: atención primaria, salud mental

Habría que tener en cuenta varias medidas para minimizar estos problemas en el futuro porque se prevé que aumenten los trastornos mentales por la pandemia y por la recesión económica:

-Mejorar la atención en los grupos de riesgo: mujeres, jóvenes estudiantes, personas con mala salud.

-Mejorar la calidad y coherencia de la información.

-Mejorar la flexibilidad del acceso a la salud mental y paliar las consecuencias de la pandemia.

En cuanto a las medidas individuales que cada uno puede poner en marcha, este especialista enumera: hay que tener en cuenta que es una situación que no ha terminado y que tenemos que seguir afrontando, en la que no hay soluciones globales, cada uno tenemos que afrontar nuestro ritmo de vida, conservar aspectos positivos, descansar (es posible que haya un cansancio acumulado), reanudar cuidados en salud, limitar el flujo de noticias, mantener hábitos de vida saludables (alimentación, sueño, evitar alcohol) y saber que, a veces, hay que optar por ayuda profesional.

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